Un Sabado Especial

En realidad tengo varias para contar, dado mis numerosos años de gateo, pero recuerdo una en particular en este momento, por la adrenalina que me causó.
Hace unos años tuve que organizar, junto con otra persona, un almuerzo muy importante, evento al que asistirían inclusive los presidentes de dos países (uno el nuestro, ya no detenta el poder). Por supuesto la ansiedad y los nervios que genera algo así no tiene igual, la responsabilidad, el temor a que algo salga mal, las críticas de los asistentes y los enojos de los no-invitados, etc.- Aclaro que no soy funcionario ni nada parecido, fue una casualidad que me trajo la vida por única vez.
Ese día, un sábado, salí de casa muy temprano, empilchado como nunca. Por suerte todo fue un gran éxito, no puedo abundar en detalles, y se terminó como a las 4 de la tarde. Me despedí de todo el gentío (unas 200 personas), y subí al auto para regresar a casa, viaje que tomaría una horita. A medida que pasaban los minutos, me agarró una excitación de aquellas, como pocas veces en la vida. No tenía ganas de volver a casa, necesitaba eso: SEXO, para terminar bien el día. Tenía la líbido al tope, más que contento por lo que había vivido. Y quería más! Pero… qué hacer? Paré el auto y compré un diario en un kiosko. Empecé a llamar por teléfono, pero nada cerraba. Al final, no tuve más remedio que terminar en un pequeño PV, zona Colegiales/Urquiza, feo, donde me garché una mature con buenas gomas, pero apenas aceptable en otra ocasión. Deberían haberle visto la cara cuando me vió empilchado así un sábado a la tardecita… jajaja, le dije que venía de filmar un aviso! Les juro que le dí como si fuera Luciana Salazar, qué excitación que tenía.
Antes de entrar allí, llamé por celular a mi bruja (ojo, los celulares no eran los modernos de ahora…), y le dije: la puta que lo parió, pinché por el camino, y encima estoy llevando gente de una Embajada en el auto. Voy a ver cómo hago, pero voy a demorar un rato, no te preocupes… Aparecí en casa a las 8 de la noche, corbata abierta, y camisa ensuciada por mis manos luego de haberlas pasado por las cubiertas… que estaban más sanitas que yo…!!! Cansado como un perro, encima me sirvieron la cena en la camita.
Costo: tintorería y lavadero para la ropa, una ganga!!!