viernes, 27 de mayo de 2011

Dice que fue su debut

La chica en cuestión se llama Stefi, y la conocí hace un tiempo en un puterío de Olivos (ubicado en Maipú y Paraná), aunque estuvo poco tiempo ahí. La verdad es que no sé adónde estará ahora, o si habrá cambiado de profesión, por eso digo que la XP probablemente no sea de mucha utilidad, pero en fin, para el que tenga ganas de leer, aquí va.
A Stefi la elegí un día que estaba con ganas de una pendeja. De cara no estaba precisamente 10 puntos, pero tenía expresión de nena temerosa, y eso me conmovió. De cuerpo muy bien, poco pecho quizás, pero con el resto lo compensaba.
La cuestión es que, una vez en la habitación, al salir del baño la veo a la mina sentada en la cama, híper-nerviosa. No se había sacado ni los zapatos.
Le pregunté si era su primera vez, y me dijo que no (medio enojada). Le aclaré que preguntaba si era la primera vez que lo hacía por plata... a lo cual me confesó que sí, ahora bastante avergonzada.
Me pareció raro, por que en ese boliche no suelen tomar minas sin experiencia. Al principio puteé para mis adentros, mientras pensaba que estaba tirando la plata. Pero en seguida me afloró un instinto paternal (medio retorcido... menos mal que no tengo hijas mujeres) y me di cuenta de que podía ser una experiencia interesante. O sea, tenía la oportunidad de guiarla, de darle un debut que valiera la pena, que le diera ganas de seguir en esa profesión, digamos. O sea, se me presentaba un desafío interesante.
“Vos tranqui”, le dije, “hacé lo que te salga naturalmente, no te obligués a nada”. Y bueno, trataba de darle confianza… pero no estaba funcionando, ya que la mina ni me miraba, estaba ahí sentada en la cama, casi temblando. Me dijo que tenía que ir al baño. Estuvo un rato considerable, incluso juraría que la escuché llorar.
Cuando volvió me senté al lado de ella, no muy cerca, y le pregunté si tenía novio. Me dijo que sí. Me le acerqué un poco más y le entré a hacer masajes en el cuello y los hombros. Al principio medio que se retovó, pero fue un toque, nomás, enseguida me dejó que la siguiera masajeando. “Cerrá los ojos y pensá que estás con tu novio”, le dije, y con eso se empezó a aflojar.
Después me le senté bien cerca y apliqué mi técnica infalible de besarle la nuca. Empezó a ronronear como un gato... y listo, al rato se soltó del todo y me pegó una cogida francamente inolvidable.
Después, ya vestidos los dos, me besó y me dijo gracias con su mejor cara de nenita... y eso que aún no le había dado propina. Después sí, le dejé lo que me quedaba en el bolsillo y me dijo gracias otra vez.
La cuestión es que me fui sintiéndome bien, no sólo por el buen polvo y el dinero bien gastado, sino que sentía que había hecho mi buena acción de la semana al darle un debut interesante a esa chica.
Con el tiempo empecé a pensar si sería cierto que era su debut. Quizás me lo hizo creer para ganarse una buena propina. Consulté con un par de gateros habitués de ese mismo boliche, pero ninguno la conoció. Cuando volví al puterío en cuestión, un par de meses después, ya no estaba más.
Pero bueno, si no fue su debut, la verdad es que se mandó una actuación de puta madre

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas Gracias por tus comentarios !