viernes, 27 de mayo de 2011

Como arreglo con una mucama $

Yo viajo seguido a Córdoba y siempre paro en el dato que debemos borrar, porque como soy cliente, me hacen precio. En una oportunidad estaba yo parando en ese hotel y regresé al mismo para dormir la siesta. Cuando entro, estaba una mucama ordenando la habitación, una mina castaño oscuro tirando a pelirrroja que era un encanto, con algunas pecas en la cara. En eso la mina se agacha para meter los bordes de la sábana debajo del colchón y me quedó a la vista un culito de ensueño, y unas pantorrilas bien torneadas, tanto que mi mejor amigo empezó a latir debajo del pantalon y me exigía "boludo, jugatelá". Yo estaba como un león enjaulado. Entre la espada y la pared. Entonces se produce el siguiente diálogo:

-Necesita algo mas señor?

Me zafé y le dije:

-Quizás necesite algo mas, pero no se si me lo vas a poder dar.

-A que se refiere señor?

-Vos sabés a que me refiero.

-Es lo que estoy pensando?

-Si, es lo que estás pensando.

-Pero eso no se arregla con una propina.

-Ya lo sé, con cuanto se arregla?

-Si es un ratito, con $50, si es un rato largo, con $70

-Prefiero un rato largo, puede ser ahora?

-No cuando termine mi horario a las 8 de la noche

_Perfecto, te espero 8, 15 pm.

A las 20,15, la mina me golpeó la puerta, le dí los $70 y fué la gloria por ese precio. A partir de ahí, cada vez que hacía una reserva en ese hotel, al rato llamaba y preguntaba por xxxxxxx de servicio de habitaciones y le decía que al día siguiente iba a estar en el hotel y le comunicaba el número de habitación reservada.
Así fue cuatro o cinco veces. Una vez, después de coger como desaforados durante dos horas, la invité a cenar. Eran mas de las 22.'00 y xxxxxx me dijo: no hay problema, lo llamo a mi marido y le digo que tengo sobreturno. Ella Salió por la puerta de servicio y yo por el Hall y nos encontramos a la Vuelta, sobre Hipólito Irigoyen (estoy hablando de Córdoba). Fuimos a cenar a una restaurant árabe muy elegante que se llama Al Malek y a Angela le brillaban los ojos porque me dijo que nunca soñaba con cenar en un lugar así. Luego la llevé en un taxi, le pregunté donde vivía. Me dijo vamos al barrio Cofico por Lavalleja. Al llegar a una esquina me dijo: Aqui me bajo y camino 3 cuadras. Nunca me quiso decir su apellido ni su teléfono particular, ni tampoco aceptó anotar mi celular. La cuestión que en el viaje siguiente, pregunté por xxxxxxx y me dijeron que no trabajaba mas.

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